CONSECUENCIAS
Juramentación de Violeta
Chamorro como Presidenta de Nicaragua, el 25 de abril de 1990.
Tras conocerse los
resultados, el Presidente Daniel Ortega reconoció públicamente su derrota al
felicitar a Violeta Barrios de Chamorro. Dos días después, el 27 de febrero,
empezaron las negociaciones entre el FSLN y la UNO con la participación del ex
presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, João Clemente Baena Soares
(Secretario General de la Organización de Estados Americanos OEA) y Elliot
Richardson, representante del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU).
Entre otras cosas se acordó
la permanencia del general Humberto Ortega Saavedra como comandante en jefe del
EPS, la reducción de este y el desarme de la Contra; las negociaciones
terminaron el 27 de marzo llamándose Protocolo de Transición, por el cual 8 de
los 14 partidos de la UNO se negaron a asistir a la toma de posesión.
La Resistencia Nicaragüense
(RN) (principal grupo Contra) terminó de desarmarse el 27 de junio del mismo
año en el municipio de El Almendro, Departamento de Río San Juan, ante los
delegados de la ONU y la OEA. La UNO quedó con 51 representantes, el FSLN 39
representantes, el MUR 1 y el Partido Social Cristiano (PSC) con 1. La toma de
posesión de Violeta Barrios de Chamorro se verificó 2 meses después el 25 de
abril del mismo año en el Estadio Rigoberto López Pérez (actualmente Estadio
Nacional Denis Martínez).
Al acto asistieron como
invitados especiales los presidentes de El Salvador, Panamá y Venezuela Alfredo
Cristiani, Guillermo Endara y Carlos Andrés Pérez, respectivamente, el ex
presidente del gobierno de España, Adolfo Suárez y el canciller, Francisco
Fernández Ordóñez, y el Vicepresidente de Estados Unidos Dan Quayle, en
representación del entonces presidente George H. W. Bush, quienes fueron
abucheados por los partidarios del FSLN en dicho acto.
Conclusión
La revolución del
Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua llevada a cabo en 1979
terminó por colapsar en las elecciones de 1990. Tras aglutinar bajo su mando el
malestar y la insurrección popular nicaragüense y derrotar a la dictadura de la
familia Somoza, el FSLN asumió el poder de la nación con el objetivo de
transformar el país. Sin embargo, el nuevo gobierno revolucionario fracasó en
su intento, dando paso en el gobierno a un frente común de opositores en 1990.
Para explicar el colapso del gobierno revolucionario cierto autores sostienen
que la caída del gobierno sandinista fue provocada por la continua injerencia
de los Estados Unidos en Nicaragua. Mientras que otros autores explican el
gobierno revolucionario adoleció de una serie de problemas internos donde la
presencia norteamericana no jugó un papel determinante. El fracaso del gobierno
del FSLN responde a una serie de
problemas internos, pero colocando la presencia estadounidense como factor
determinante de la explicación.
Síntesis
A mi criterio
comprender y matizar que los motivos por los que cayó el gobierno
revolucionario del FSLN en 1990, no son independientes entre sí, es decir, los
distintos problemas sumados formaron una situación económica, política y social
que hicieron insostenible el gobierno encabezado por el FSLN. De esta manera,
durante los diez años de gobierno del FSLN los problemas económicos, políticos
y sociales generados por las propias decisiones del revolucionario guardan una
estrecha relación con la agresión sufrida por los Estados Unidos y viceversa.
El cúmulo de problemas que se sumaron a lo largo de esta década tan convulsa,
explican porque cayó el gobierno de Daniel Ortega, y por consiguiente, no se
puede ni se debe tratar de justificar dicha derrota en un único o varios
motivos (que obvien otra serie de factores), sino que deben ser analizados como
un conglomerado de elementos que supusieron el fin del gobierno revolucionario
del Frente Sandinista de Liberación Nacional. La derrota electoral del FSLN en
1990 no solo supuso el fin de una etapa revolucionaria en Nicaragua, sino que
dicha fecha puede ser utilizada como el fin del siglo XX para Centroamérica y
Latinoamérica, en términos hobswanianos. 1990, por tanto, fue el fin del último
proceso revolucionario que tuvieron lugar en el continente americano, así como
el fin del apoyo soviético a cualquier sistema revolucionario que hubiera en
dicho territorio. Se trata del fin de un siglo muy agitado y convulso, que
terminó dando paso a gobiernos liberales auspiciados por el neoliberalismo
incipiente Imanol Forno Fernández 69/72 de esas fechas. Asimismo, la derrota
del FSLN motivó el abandono de lucha armada de la gran mayoría de grupos
paramilitares revolucionarios de América Latina, dando paso, ya en el siglo XXI,
a una nueva ola izquierdista democrática latinoamericana y completamente nueva,
cuyos principales protagonistas serán José Mujica (Uruguay), Hugo Chaves
(Venezuela), la familia Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) o el propio
Daniel Ortega en Nicaragua. El Frente Sandinista de Liberación Nacional perdió
las elecciones de 1990a manos de la Unión Nacional Opositora, cerrándose de
esta forma uno de los periodos más convulsos de la historia del país
centroamericano.Están por investigar el nacimiento y llegada al poder de la
Unión Nacional Opositora en 1990, y es también susceptible de estudio el
recorrido del FSLN desde aquella derrota electoral hasta su vuelta al poder en
2006. Es una cuestión interesante analizar su cambio de estrategia electoral, y
de ideario político y su transformación rápida y radical para adaptarse a los
nuevos tiempos. Asimismo, cabría analizar cómo logró adaptarse al sistema
internacional una vez que la URSS implosionó, cómo tuvo que amoldarse al nuevo
orden triunfante y saber integrarse dentro del sistema occidental defiendo su
mensaje de izquierdas y transformador.
VIDEO
PDF
- https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/12238/FornoFernandezImanol.pdf?sequence=1
- http://www.envio.org.ni/articulo/734
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